Alejandra Peña García
Máster en Terapia Sexual y de Pareja
con perspectiva de género (2020)

En el presente texto se repasa el movimiento de menstruación consciente y se proponen recomendaciones para la vida cotidiana en función de cada fase. 

Cada día, son millones las personas menstruantes (algunos activistas e investigadoras del ciclo menstrual, por ejemplo Chris Bobel, promueven el uso de este término con el fin de ubicar la menstruación más allá de los límites de género y ser lingüísticamente solidarios con, por ejemplo, mujeres que no menstrúan, hombres transgénero etc.) que terminan agotadas tras un día con dolores, físicos y emocionales, derivados de su ciclo menstrual. Que deben esconder el hecho de hablar de ello porque la sociedad las condena al ocultismo en “esos días” o las juzgan por un proceso biológico perfectamente sano (¿Instagram me volverá a bloquear la foto que hice a mi sangre menstrual? ¿Seguiré violando la norma de mi abuela si hago una mahonesa teniendo la regla? ¿Si pido un tampón me mirarán con asco? Ay hija no se te puede decir nada, ¿estás con la regla? ¿Se castiga a la mujer cuando es asertiva y expresa lo que siente y desea, bajo el amparo del “despiadado” poder de las hormonas? ¿Por qué aún hay personas que menstrúan en África que no pueden acudir ese día al colegio para evitar que las vean? ¿Por qué la regla es algo sucio, malo y de lo que avergonzase? ¿Es porque es algo asociado a lo femenino? ¿Sirve de excusa para seguir discriminando a mujeres y niñas?).

Son tantas las cuestiones que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en la menstruación, que es inherente que pensemos en los límites de género. La menstruación consciente nos permite comprender los indicadores físicos y emocionales sentidos, y asociarlos a cada una de las cuatro fases del ciclo con el fin de realizar los cambios más adecuados para nosotras. De este modo, responde a esta necesidad social, logrando un empoderamiento de la persona y una reapropiación de la persona su cuerpo.  

En los años 90, Miranda Gray, escribió el libró Luna roja. Para la autora, “el ciclo menstrual afecta nuestras capacidades, percepciones, espiritualidad, sexualidad, creatividad, expresión y necesidades. Y al conocerlo y actuar en consecuencia, podemos utilizarlo de forma más práctica en la vida diaria a nuestro favor”. En el que fue best seller, la inglesa fue una de las pioneras en el estudio de los ciclos femeninos, utilizando la imagen simbólica de la luna para mostrar las cuatro fases generales del ciclo menstrual. 

Arianna Ruffinengo, se basó en dicha obra para la creación de su libro, Manual para conocer los dones de tu ciclo menstrual. Donde explica cómo el ciclo menstrual está conectado con el ciclo de la tierra (ej. ella asocia la “fase madre-ovulación” con el verano, con ese momento donde se pueden ver los frutos en los árboles y plantas). Esta característica cíclica de las personas menstruantes, es decir que pasan por distintos estados físicos y emocionales, tiene un gran impacto en la vida cotidiana pues “muchas mujeres que no conocen en profundidad su ciclo y que no están al tanto de las distintas fases por las que pasan cada mes se juzgan a sí mismas cuando se dan cuenta de que no pueden estar todo el tiempo del modo en que la sociedad les demanda: alegres, atractivas, productivas, disponibles. Una mujer que se conoce, que entiende que el movimiento de su ciclo es totalmente normal y se siente en armonía con él comprende que existe una realidad distinta a la que propone la sociedad y los medios de comunicación, y deja de reprimirse y de juzgarse por no estar siempre de la misma manera”

Parte del movimiento global actual en este conocimiento, se debe a la Sociedad para la investigación del ciclo menstrual (Society for Menstrual Cycle Research), quien promueve un espacio de unión y divulgación entre profesionales de la salud de la mujer, investigadoras de diversas disciplinas y activistas menstruales de todo el mundo, con el fin de dar a conocer investigaciones sobre el ciclo menstrual con un punto de vista de vista interdesciplinar y de género.

Erika Irusta acuñó en 2010 el concepto “Pedagogía Menstrual”, siendo una de las pioneras nacionales en este sentido. Para ella, una de las consecuencias de cada ciclo es la química hormonal y ante la cual, el organismo responde de una u otra forma en función de la atribución que se haga a los mismos. Es decir, si asociamos los cambios fisiológicos y emocionales a emociones negativas (ej.: asco, dolor, suciedad, inutilidad etc.) provocaremos un condicionamiento, que con mucha probabilidad, se verá replicado en cada ciclo. Del mismo modo, será distinta la vivencia que venga de un condicionamiento hacia emociones más agradables (ej.: aceptación, utilidad, deseabilidad etc.). Por todo ello, para Erika Irusta, “menstruar es una experiencia social, política y cultural además de fisiológica. Que las personas que menstrúan conozcan no sólo sus propios cambios fisiológicos sino que además reflexionen acerca de lo que menstruar supone en la sociedad actual (prejuicios, estigmas) y por tanto resignificar sus ciclos menstruales, les permite ser más libres ya que pueden tomar decisiones más conscientes sobre sus cuerpos y cuidados”.

Menstruar es una experiencia social, política y cultural además de fisiológica.

La menstruación es la descamación del revestimiento interno del útero (endometrio), que se acompaña de sangrado. Se considera el primer día de sangrado como el comienzo de cada ciclo menstrual (día 1) y la finalización del ciclo se da justo antes de la siguiente menstruación. La menstruación comienza hacia la mitad de la pubertad, hacia los 13-14 años y continúa hasta una edad promedio de 48 o 49 años, en medio del climaterio; con una duración de sangrado menstrual de entre tres a cinco días y con un flujo total de entre 15 y 75 cm3 aproximadamenteLa mayoría de los ciclos menstruales duran entre 21 y 35 días, no obstante hay mucha variabilidad especialmente después de la menarquia (primer período) y también antes de la menopausia, pero en la mayoría de textos se explica en ciclos de 28 días por finalidades didácticas (solo del 10 al 15% de las mujeres tienen exactamente ciclos de 28 días, Knudtson y McLaughlin). Las hormonas que regulan el ciclo menstrual son las hormonas luteinizante y foliculoestimulante, producidas por la hipófisis, quienes promueven la ovulación y estimulan a los ovarios para producir estrógenos y progesterona (los cuales estimulan el útero y las mamas para prepararse para una posible fecundación). Durante la ovulación, el estradiol crea un ambiente óptimo para la fecundación de óvulo tanto interna como externamente. Es el momento del ciclo en el que se asocian sensaciones de atractivo pues la persona menstruante se encuentra en la fase en que el óvulo se encuentra preparado para la recepción del esperma. En cambio, la progesterona aparece justo al empezar la fase premenstrual, con el fin de espesar la mucosa del cuello uterino y dificultar la entrada del esperma y bacterias, y se le vinculan, por ejemplo, efectos como los cambios de humor o el acné.

Habitualmente, desde los manuales más biologicistas, se subdivide el ciclo menstrual en tres fases: folicular (antes de la liberación del óvulo), ovulatoria (liberación del huevo) y lútea (después de la liberación del óvulo). Sin embargo, desde las aportaciones de las activistas e investigadoras de la menstruación consciente, el ciclo se suele dividir en cuatro fases con el fin de facilitar la comprensión y hacer alusión a la metáfora de las estaciones del año y las fases lunares. Estas fases serían la fase menstrual, preovulatoria, ovulatoria y premenstrual. 

Fase menstrual (“La bruja”, “El invierno”, “Luna nueva”)

Al inicio de esta fase, el revestimiento interno del útero (endometrio) está lleno de líquido y nutrientes destinados al futuro embrión. Si ningún óvulo ha sido fertilizado, los niveles de estrógenos y de progesterona son bajos. Como resultado, las capas superiores del endometrio se desprenden y sobreviene la menstruación. Nuestro cuerpo hace un gran esfuerzo por expulsarlo, por ello solemos estar cansadas. Es recomendable:

  • Momento de recogimiento, de “luto”, donde podemos estar cansadas y tristes y por tanto son días para el autocuidado y el descanso. 
  • Buen momento para cuidarnos de no tomar comidas pesadas, pues nuestro cuerpo está trabajando duramente, pero si nutritivas.
  • Período donde la energía disponible es tranquila, por ello aumenta la sensibilidad, y puede conectarse más con la espiritualidad, creatividad y sabiduría.  

Fase preovulatoria (“La Virgen”, “Primavera”, “Cuarto creciente”)                                                  

En esta segunda parte de la fase folicular (menstruación + preovulatoria) nos sentimos con confianza, seguras y con energía. Es la mejor fase para empezar proyectos, trabajar y aprovechar esta fuerza para darlo todo. Culturalmente es la fase más deseada (la persona es activa, enérgica, locuaz…)  pero al mismo tiempo “es la más rebelde” pues la autonomía puede sobrevenir en frustración al ser castigada por el sistema patriarcal (donde una mujer autónoma es “masculina” y no es tan aceptada, según Erika Irusta). Es recomendable:

  • Aprovechar dicha energía para hacer ejercicio físico o actividades enérgicas.
  • Hacer aquellas tareas que más pereza suelen darnos.
  • Aplazar actividades sociales pues nos podrá apetecer más la autonomía en independencia de nuestro propio espacio, tanto personal como laboral.  

Fase ovulatoria (“Madre”, “Verano”, “Luna llena”)

En esta fase, baja la energía respecto a la anterior. Estamos más relajadas, comunicadoras y sociables. Nos sentimos más empáticas y con capacidad de escucha y cuidado hacia los demás. Es la fase donde más atractivas, guapas y seguras nos sentimos. 

  • Es un buen momento para socializar, cultivar y mantener vínculos. Es la ocasión perfecta para salir, quedar y rodearnos de gente. 
  • Podemos aprovechar nuestra capacidad de escucha y empatía para resolver problemas, trabajar en equipo o acciones de cuidado para otros. 
  • Podemos utilizar esta seguridad y sensación de atractivo para ligar, reír y follar con quien queramos y cómo deseemos. 

Fase premenstrual (“La hechicera”, “Otoño”, “Cuarto menguante”). 

Tras la ovulación, si el óvulo no ha sido fecundado, el cuerpo lúteo se deteriora poco a poco y los niveles de progesterona y estrógenos bajan, lo que conduce a una fase que dura unos trece días. Esta fase suele ser tan polémica que se hace referencia a ella incluso como “síndrome premenstrual” y se le asocian síntomas como fatiga, irritabilidad, ansiedad, dolores de cabeza, arrebatos de hambre, hinchazón del abdomen y retención de líquidos. Para Erika, dicho malestar se verá aumentado si no nos hemos cuidado en las fases previas. Podemos estar más sensibles, introspectivas y lentas. Algunas mujeres definen esta fase como aquella donde tienen claro lo que no les gusta y no desean, donde ponen más límites y se muestran más asertivas.

  • Puede ser un buen momento para repasar aquellas cosas que no nos gustan y queramos sacar de nuestras vidas, desde ropa hasta relaciones o trabajos.  
  • A pesar de que puede no apetecernos hacer deporte, las endorfinas segregadas con ello nos pueden hacer sentir mejor físicamente.
  • Al ser una fase con una energía muy dinámica, estamos más en contacto con nuestro mundo interior e imaginación. Son recomendables actividades creativas y artísticas para realizar con las manos, como el barro, el dibujo, la pintura, coser… 

Conocer cómo nos afecta cada fase y que puede ser más propicio hacer en cada una, no es la solución a todos nuestros problemas pero si puede aportar autocuidado, utilidad y algo, con suerte, de lucha social.  

Bibliografía

Carmona, R. (6 de octubre de 2018). La menstruación, el superpoder de las mujeres. Periódico la vanguardia. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/vivo/20181006/452176381816/menstruacion-superpoder-mujeres.html

Jennifer Knudtson J. y J E. McLaughlin J. (2016). Ciclo menstrual. Manuales MSD. Recuperado de https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/salud-femenina/biolog%C3%ADa-del-aparato-reproductor-femenino/ciclo-menstrual

Luna roja. Según Miranda Gray, las 4 fases del ciclo menstrual y cómo usar esas energías a tu favor. (19 de enero de 2017). Periódico Clarin. Recuperado de https://www.clarin.com/entremujeres/genero/seg-miranda-gray-fases-ciclo-menstrual-mo-usar-energ-as-favor_0_SkRHSOR8e.html

Ruiz, A. (11 de marzo de 2020). Menstruar consciente: que aporta conocerse. Pikara. Online magazine. Recuperado de https://www.pikaramagazine.com/2020/03/menstruar-consciente-que-aporta-conocerse/

Society for Menstrual Cycle Research. The Menstrual Cycle: A Feminist Lifespan Perspective. Recuperado de http://www.menstruationresearch.org/

Irene Aterido: www.meduelelaregla.com

Erika Irusta: https://www.elcaminorubi.com