*Romero Gutiérrez, Lorea
*Socióloga Máster Universitario en Sexología y Género
*Publicado en el nº122 (Pág. 22-24) de la Revista de la Fundación Sexpol

 

En los últimos tiempos, da la sensación de que los progresos que han conseguido los diferentes feminismos están yendo acompañados de un brote de actitudes machistas contrarias a estos avances. Esta reacción patriarcal es lo que algunas personas han denominado “neomachismo” o “postmachismo” haciendo alusión al resurgir de actitudes que, al menos en algunos lugares del planeta, considerábamos superadas.

Comenzaba el año 2016 con la espeluznante noticia de cientos de agresiones sexuales a mujeres, en varias ciudades alemanas, durante la madrugada de Nochevieja (1). Días más tarde, el programa televisivo “Salvados” recibía descréditos y amenazas por la realización de un reportaje sobre violencia machista. Los mensajes misóginos que circulaban por las redes en aquellos días, si bien están presentes de forma continuada, denunciaban la supuesta discriminación de los hombres en el tratamiento de la violencia de género en nuestro país, aludiendo a mitos tan manidos como las denuncias falsas, los asesinatos a hombres o las víctimas masculinas de la Ley Integral contra la Violencia de Género (2).

Semanas más tarde, el bloguero Roosh, favorable a la legalización de la violación, protagonizaba una serie de reuniones con sus seguidores en todo el mundo (en Barcelona y en Granada fueron canceladas gracias a la respuesta de colectivos feministas) (3).

Desgraciadamente, podríamos seguir enunciado episodios machistas que fueron noticia el pasado año (4), pero lo importante es entender la globalidad de este fenómeno. Todas estas violencias, sumadas al aumento del acoso a mujeres feministas en la red, la extensión del consumo de prostitución o los feminicidios sistémicos en algunos países -principalmente centroamericanos-, tienen una característica común: la despersonalización de las violencias contra las mujeres, en una suerte de mensaje colectivo que les recuerde que nunca debieron abandonar su restringida libertad.

Si bien todos estos hechos responden a lo que Rosa Cobo denomina “nuevos bárbaros del patriarcado” (5), existe un discurso mucho más sutil que asegura que la igualdad entre mujeres y hombres ya se ha logrado y que, en una situación de crisis como la actual, las políticas de igualdad no pueden ser una prioridad. Esta es una actitud con un soporte social no despreciable, defendida en las instituciones por la vieja y por la nueva política (6). Hablamos entonces de una “resistencia técnica de los políticamente correctos” (7). Sea de forma más o menos violenta, no cabe duda de que, en ambos casos, nos encontramos ante una reacción patriarcal que no podemos seguir ignorando.

¿Pero por qué estas actitudes neomachistas en la era de la igualdad formal? ¿Cómo es posible que convivan estos discursos con los logros de los feminismos?

Es importante tener en cuenta que las personas neomachistas o postmachistas comparten la preocupación por adaptarse a los tiempos actuales y sus discursos de igualdad, pero dejando intacta la esencia patriarcal (8). El “neomachismo” ataca aquello que pone en peligro la posición tradicional de los varones, pero sin discutir el principio de igualdad entre mujeres y hombres. No se critica el concepto mismo de igualdad, sino que se deteriora mediante un cuestionamiento constante de asuntos puntuales, además de recurrir a viejos esencialismos sobre cómo son las mujeres en contraposición de los hombres. Esta resistencia ante la igualdad real entre mujeres y hombres está produciendo un retroceso en materia de derechos de las mujeres conocida como “blacklash” (9).

En este proceso involutivo, los medios de comunicación están haciendo un gran trabajo pedagógico mediante el discurso renaturalizador y antifeminista que inunda los programas, telediarios y series, entre otros, de las diferentes cadenas televisivas (10). Si desde organismos internacionales significantes para los derechos de las mujeres, como la ONU o la Unión Europea, se destacó desde el principio la importancia de los medios de comunicación como principales actores en el proceso de socialización favorable a la igualdad, en los últimos tiempos estamos aconteciendo a una permisividad e incluso promoción de los discursos neomachistas en la era de las tecnologías de la información y la comunicación.

Sin embargo, esta intromisión mediática no explica tamaña contestación sistémica. La reacción patriarcal que estamos aconteciendo tiene mucho que ver con el nuevo orden mundial, marcado por la consolidación del proyecto neoliberal y neoconservador. Además, el escenario de recorte de libertades inaugurado después de los atentados del 11-S y su especial énfasis en el ataque a los derechos de las mujeres (11), así como el rearme del conservadurismo en tiempos de crisis configuran un contexto favorable al avance de estas posturas contrarias a la igualdad de géneros (12).

Lo que está de fondo en esta reacción patriarcal es la crisis del contrato social y sexual. El proyecto neoliberal ha supuesto la ruptura con el contrato social sobre el que se fundaron los estados de bienestar. Y esta ruptura está teniendo una especial incidencia sobre las mujeres. Las políticas neoliberales están retornando a las mujeres a su rol reproductor en tanto que están teniendo que volver a asumir los cuidados que los estados de bienestar habían comenzado a gestionar. Además, son ellas las principales víctimas de la desregulación de la legislación laboral y de la desinversión en programas sociales.

Por otro lado, el contrato sexual se encuentra en profunda reordenación, como muestra el debilitamiento de la familia patriarcal en muchas partes del mundo, al mismo tiempo que la prostitución se está ampliando a niveles insólitos como institución de regulación de la sexualidad (13). La lucha feminista ha conseguido que un número significativamente importante de mujeres haya adquirido un protagonismo social que nunca había tenido, a través de la inserción en el mercado laboral y la conquista de reducidos espacios de decisión en el poder político. Esta mayor autonomía femenina ha supuesto un desequilibrio de fuerzas en las parejas, en las que se han desdibujado los roles femeninos y masculinos tradicionalmente asumidos. Todos estos hechos han puesto en crisis el contrato sexual que aseguraba a cada hombre el acceso a una  mujer,  al mismo  tiempo  que  existía  un  remanente  de  mujeres a disponibilidad de todos los hombres – las prostitutas -.

Pero no todo es negro en este nuevo escenario. La crisis del contrato sexual está favoreciendo actitudes neomachistas como las que hemos comentado al inicio del artículo, pero también la extensión a nuevos actores de comportamientos favorables a la igualdad. La reordenación del contrato sexual está construyendo nuevas y violentas fratrias masculinas, pero también nuevas colectividades de cuestionamiento del sistema de dominio masculino. Algunos varones (3), de forma individual pero también colectivamente, comienzan a rechazar la red de privilegios sobre los que se asienta el patriarcado en perjuicio de los derechos de las mujeres y de otras personas cuya sexualidad no se corresponde con la heteronorma.

Si bien son una minoría, no dejan de ser una grieta en la dura roca de la violenta masculinidad hegemónica. Los diferentes feminismos, junto a los movimientos de mujeres a lo largo de todo el mundo, tienen que construir alianzas con estos grupos de hombres. Se trata no solo de lograr frenar el avance de esta reacción patriarcal, sino de continuar construyendo, de forma crítica y propositiva, sobre los cimientos de igualdad ya asentados. Aludiendo al lema feminista que afirma que las calles son nuestras, las pequeñas y grandes violencias que aún se siguen ejerciendo sobre nosotras, indican que aún no hemos alcanzado esa premisa y que, sin embargo, nunca más volveremos al orden sexual que conoció la Modernidad. Tarde o temprano las calles acabaran siendo nuestras, de todas las personas.

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(1) <<Decenas de denuncias por agresiones sexuales a mujeres durante la Nochevieja en Colonia>> en eldiario.es publicado el 05/01/2016. http://www.eldiario.es/internacional/Estupor-Alemania- agresiones-Nochevieja-Colo- nia_0_470353398.html
(2) <<Desmontamos los mensajes machistas a Salvados>> en Verne, del diario El País publicado el 7/02/2016. http://verne.elpais.com/verne/2016/02/04/articulo/1454587035_493995.html
(3) <<Cancelan los encuentros ultramachistas convocados en Granada y Barcelona>> en eldiario.es publicado el 04/02/2016. http://www.eldiario.es/sociedad/encuentros-ultramachistas-Granada-Barcelona-convocato- ria_0_480852081.html
(4) Los carteles machistas en los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Madrid comparándolos con Auschwitz o las humillaciones a mendigas por parte de hinchas de fútbol en Madrid y Roma. Artículos en prensa: <<Colocan carteles machistas en los juzgados de Violencia sobre la Mujer comparándolos con Aschwitz>> en eldiario.es publicado el 08/04/2016 http://www.eldiario.es/sociedad/Colocan-Violencia-  Mujer-Madrid-Aus-chwitch_0_503249910.html, <<Hinchas del PSV humillan a varias mendigas que pedían limosna>> en El País pu- blicado el 17/03/2016 http://deportes.elpais.com/deportes/2016/03/15/champions/1458058756_705557.html y <<Un hincha del Sparta de Praga orina sobre un mendiga en Roma>> en Diario Público publicado 18/03/2016 http://www.publico.es/deportes/hincha-del-sparta-praga-orina.html
(5) Término utilizado por Rosa Cobo en Hacia una nueva política sexual: Las mujeres ante la reacción patriarcal, Catarata, Madrid, 2011.
(6) Esta es la actitud del partido Ciudadanos en cuestiones como paridad, condena del sexismo o su propuesta de modificación de la Ley Integral contra la violencia de género, en <<El machismo de Ciudadanos>> en eldiario.es publicado el 02/11/2015. http://www.eldiario.es/zonacritica/machismo- Ciudadanos_6_448015211.html.
(7) Término utilizado por Rosa Cobo en Hacia una nueva política sexual: Las mujeres ante la reacción patriarcal, Catarata, Madrid, 2011.
(8) Lorente, Miguel: Los nuevos hombres nuevos: Los miedos de siempre en tiempos de igualdad, Ediciones Destino, Madrid, 2009.
(9) Faludi, Susan: Backlash: The Undeclared War Against American Women, Three Rivers Press, New York, 1991.
(10 )Menéndez Menéndez, María Isabel: <<Crisis económica y discurso reaccionario. El papel del periodismo ante la equidad de género>>, IV Congreso Internacional Latina de Comunicación, La Laguna, 2012.
 (11) George, Susan: El pensamiento secuestrado: cómo la derecha laica y la religiosa se han apoderado de Estados Unidos, Icaria, 2007 y Faludi, Susan: La pesadilla terrorista. Miedo y fantasía en Estados Unidos después del 11-S, Anagrama, Barcelona, 2009.
 (12) Mattelart, Armand y Mattelart, Michèle: Los medios de comunicación en tiempos de crisis, Siglo XXI, México D.F., 1981.
 (13) Rosa Cobo en Hacia una nueva política sexual: Las mujeres ante la reacción patriarcal, Catarata, Madrid, 2011 y Gimeno, Beatriz: La prostitución, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2012.