Stephanie Melenciano
Doble Máster de Sexpol

El mundo seria más feliz con más sexo…muchos lo han pensado. Estudios actuales ofrecen una gran lista de las ventajas que provienen para ambos sexos al mantener relaciones. No hay duda sobre sus ventajas fisiológicas, emocionales y psíquicas. Con toda la información a disposición se encuentra una laguna en los estudios y la vinculación del sexo al bienestar y calidad de vida de las personas. ¿Se puede comprobar que el sexo promueve la felicidad, bienestar, equilibrio y calidad de vida de las personas? ¿Se debe medir los cambios que suceden midiendo una parte u otra? ¿Qué factores se deben de tener en cuenta? Esas son algunas de las preguntas que se plantean en este articulo.

En actualidad las ecuaciones de bienestar no miden de una manera conjunta el cuerpo – como mucho se mide salud y seguridad[1]. Para enlazar las partes se puede empezar por evaluar el efecto directo de relaciones sexuales y el bienestar utilizando la medida de la OECD y Gallup (World Happiness Report[2]) para contrastarlas con medidas de satisfacción sexual y determinar la correlación.

Sexo, indiscutiblemente unos de los temas de mayor interés en reciente tiempos. Con la apertura de sociedades, aceptación de diferentes formas de vida y puntos de vista, promoción de la ciencia y los derechos de la mujer el sexo se le da cada vez mayor importancia. Dicho esto, en algunos contextos el sexo se considera como algo muy cotidiano y normalizado, aunque al menos en los países más ricos es bien distinto a la realidad.

Sexo actualmente es más parecido a los anuncios de comida, hay mucha oferta, pero poca gente come bien, lo mismo se puede extrapolar al sexo.

Abraham Maslow en su legendario pirámide de necesidades [3] colocó el acto sexual en el primer nivel, igual que comida, agua, y refugio. Es importante clarificar que al estar en primera categoría no significa que la su ausencia lleve a la muerte, como el aire. Al igual que todas las necesidades fisiológicas cada una tiene unos plazos para llevar al detrimento del organismo.  Además, la pirámide es una herramienta muy útil para establecer mínimos, pero carece de medidor de calidad.

Existen grandes variaciones en función de la biología, psicología y entorno social de las personas. En muchos casos se atribuyen efectos biológicos a las personas que son realmente sociales.  A continuación, valoraremos aspectos claves en la integración de la sexualidad en el bienestar.

1. Deseo v necesidad

La frecuencia e importancia del sexo se suele reducir con el deseo de la persona. Alguien con mucho deseo hará lo necesario para satisfacer su libido al igual que alguien con un deseo reducido.

Este aspecto resalta la pregunta, ¿el sexo es cuestión de deseo o necesidad o algo más?

Para el presente resumen se plantea que sexo es una necesidad igual que cualquier otra, pero la satisfacción de esta requiere un nivel de esfuerzo y disciplina desigual a otras necesidades, a su vez los beneficios de satisfacerla directamente afectan la felicidad/bienestar/calidad de vida. ¿Y si vemos el sexo igual que el deporte? Una activad la cual uno emplea por sus beneficios, diversión aunque no siempre haya deseo, como afecta el nivel de actividad de las personas.

2. Amor y sexo

Para las personas y para una mayor satisfacción es vital distinguir la diferencia entre amor y sexo. Sexo es un acto físico que en gran parte es placentero para los practicantes. Para llevar a cabo un acto sexual con otra persona solo requiere un mínimo de excitación, deseo, voluntad y atracción – y en ningún caso son estos elementos indispensables para el cumplimiento del acto ni la ausencia de uno de ellos significa una experiencia de menor placer, más bien distinto.

En cambio, amor es una emoción compleja que conlleva en si compromiso, afecto, y complicidad. Tiene muchas vertientes dependiendo del contexto y aunque esencial para una vida afectiva sana no es un requisito para relaciones sexuales satisfactorias.

Dicho esto, hay que destacar que los actos sexuales, excluyendo violencia, conllevan un elemento afectivo de mayor o menor grado. Ese trato amable, cordial y cariñoso entre una pareja o desconocidos no se debe de confundir por amor ni mucho mas.

La diferenciación[4] es vital para atribuir al acto las características adecuadas y a su vez educar a participantes sobre las diferencias.

3. Hombre y Mujer

Con esto en mente es necesario tener en cuenta las diferencias que cada género atribuye al acto. Los elementos fisiológicos, psíquicos, emocionales y culturales forman parte de la disposición a tener relaciones y su experiencia de las mismas.

La experiencia común demuestra que en gran parte los hombres tienen mayor deseo que las mujeres, aunque esta discrepancia se pueda atribuir a educación y cultura. Por lo anteriormente mencionado, es importante prestar mayor atención a la manipulación del deseo e interés en sujetos femeninos.

El deseo femenino ha sido de gran interés para estudios en los últimos años evaluando los diferentes componentes[5] que lo influyen – estado anímico, roles, educación.

Otros estudios[6] de sujetos europeos sugieren que el aburrimiento y falta de tiempo atribuyen a la poca actividad sexual y la insatisfacción de los sujetos.

4. Beneficios

La sexualidad por temas culturales no se le ha dado la suficiente importancia, por ello es crucial integrar el placer y las ventajas proporcionadas por la sexualidad en toda nueva medición de esta. Placer es el mayor reforzamiento, pero aún así es importante destacar las ventajas polifacéticas del sexo. Hay innumerables beneficios del sexo a continuación se destacan algunos de ellos.

• Sexo oral reduce la depresión para el practicante y el receptor[7]
• El semen reduce la depresión en mujeres[8]
• Sexo alarga la vida[9]
• Mejora en calidad de sueño
• Quema calorías
• Mayor rendimiento del cerebro[10]
• Disminuye dolores de cabeza[11]

En resumen, para contribuir al bienestar de las personas es esencial elaborar planes de desarrollo para la satisfacción sexual tratando los aspectos anteriormente mencionados. Teniendo en cuenta que el bienestar actualmente no incluye la sexualidad de las personas, desde la sexología tenemos que hacer nuestra aportación a dicha disciplina. Somos seres sexuados por lo que la sexualidad debe de formar parte de todas las disciplinas y ecuaciones, empezando por las que tienen como fin valorar la globalidad de las personas.

 

Bibliografía

[1] Métrica de OECD http://stats.oecd.org/Index.aspx?DataSetCode=BLI

[2] World Poll Metodología: http://www.gallup.com/poll/105226/world-poll-methodology.aspx

[3] Maslow, Abraham (1943) A Theory of Human Motivation, capítulo 7

[4] Pfaus, Jim (2012). The common neural bases between sexual desire and love: a multilevel kernel density fMRI analysis. Journal of Sexual Medicine

[5] Lete Lasa, Iñaki (2012). Encuesta Habits: Habítos sexuales y uso de anticonceptivos entre las mujeres y profesionales sanitarias en España.

[6] Grasa, Carmen. La llave del deseo femenino. 2013.  http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20131108/54393804451/la-llave-del-deseo-femenino.html

[7] Bazin. ‘Oral sex helps women fight drepression’ claim. 2012. http://www.nhs.uk/news/2012/08august/Pages/semen-oral-sex-helps-women-fight-depression-claim.aspx

[8] Gallup, Gordon (2002). University at Albany Study: Semen Eases Depression in Women

[9] Smith, George (1997). Sex and death: are they related? Findings from the Caerphilly cohort study.

[10] Pareja: Los últimos y más sorprendentes estudios sobre sexo. http://vidayestilo.terra.com.mx/mujer/amor-y-sexo/pareja-los-ultimos-y-mas-sorprendentes-estudios-sobre-sexo,b2836fa94655f310VgnVCM10000098cceb0aRCRD.html

[11] Garrido, C. Por qué el sexo es mejor para el dolor de cabeza que los analgésicos. 2013. http://www.abc.es/sociedad/20130306/abci-sexo-dolor-cabeza-201303051254.html