Jessica Alfaya Candelargiu
Máster en Terapia Sexual y de Pareja con perspectiva de Género

En este artículo se pretende ofrecer una visión, revisión y crítica sobre lo publicado, conocido y/o divulgado sobre las diferencias de género en el comportamiento sexual o sexualidad de las personas.
La sexualidad humana es una dimensión compleja y multifacética que se ve influenciada por una variedad de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Las diferencias de género en la sexualidad han sido objeto de estudio y debate durante décadas, ofreciendo una visión de cómo hombres y mujeres experimentan y expresan su sexualidad de manera diferente. En este punto, podemos adelantar ya que la mayoría de respuestas encontradas se encuentran influenciadas, todavía a día de hoy, por la cultura heteronormativa y patriarcal dominante.
Este artículo explora las diferencias de género popularmente conocidas y estudiadas en la sexualidad, abarcando aspectos como el deseo sexual, las prácticas sexuales, la orientación sexual y la satisfacción sexual, así como las influencias sociales y culturales que moldean estas diferencias.
1. Deseo Sexual
1.1. Frecuencia e Intensidad del Deseo Sexual
Numerosos estudios han demostrado que existen diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto a la frecuencia e intensidad del deseo sexual. En general, los hombres reportan tener un deseo sexual más frecuente e intenso que las mujeres. Este hallazgo ha sido consistente en diversas culturas y a lo largo del tiempo. La explicación de estas diferencias a menudo se relaciona con factores biológicos, como las diferencias hormonales. Los niveles de testosterona, que están relacionados con el deseo sexual, tienden a ser más altos en los hombres, lo que podría explicar en parte estas diferencias.
1.2. Contextualización del Deseo Sexual
Las mujeres tienden a experimentar el deseo sexual de manera más contextualizada, es decir, el deseo de las mujeres puede depender más de factores emocionales, relacionales y situacionales. Por ejemplo, la calidad de la relación y la conexión emocional con la pareja suelen ser aspectos más determinantes para el deseo sexual en las mujeres que en los hombres. Los hombres, por otro lado, son más propensos a experimentar el deseo sexual de manera espontánea e independiente del contexto.
Las normas y roles de género juegan un papel crucial
2. Prácticas Sexuales
2.1. Variedad y Frecuencia de Prácticas Sexuales
La investigación ha mostrado que los hombres tienden a reportar una mayor variedad y frecuencia de prácticas sexuales en comparación con las mujeres. Los hombres suelen ser más abiertos a experimentar con diferentes tipos de actividades sexuales y tienen una mayor propensión a buscar nuevas experiencias sexuales. Las mujeres, aunque también pueden ser aventureras en el ámbito sexual, tienden a enfocarse más en la calidad y la conexión emocional durante las relaciones sexuales.
2.2. Masturbación
La masturbación es otra área en la que se observan diferencias de género significativas. Los hombres son más propensos a masturbarse y a hacerlo con mayor frecuencia que las mujeres. Esto puede estar relacionado con una serie de factores, incluyendo una mayor aceptación cultural de la masturbación masculina y diferencias en la educación sexual. Además, los hombres tienden a reportar una mayor facilidad para alcanzar el orgasmo a través de la masturbación en comparación con las mujeres.
3. Orientación Sexual
3.1. Diversidad en la Orientación Sexual
La orientación sexual es una dimensión clave de la sexualidad que muestra claras diferencias de género. La investigación indica que las mujeres tienen una mayor plasticidad sexual que los hombres, lo que significa que su orientación sexual puede ser más fluida y susceptible de cambiar con el tiempo y en respuesta a diferentes contextos. Los hombres, por el contrario, tienden a tener una orientación sexual más fija.
3.2. Bisexualidad y Fluidez Sexual
Las mujeres son más propensas a identificarse como bisexuales o a reportar atracción por ambos géneros. Estudios han encontrado que las mujeres muestran una mayor variabilidad en su respuesta sexual y en la identificación con diferentes orientaciones sexuales a lo largo de su vida. Esta fluidez puede estar influenciada por factores biológicos, psicológicos y sociales, incluyendo la menor presión social y estigmatización en comparación con los hombres.
4. Satisfacción Sexual
4.1. Factores que Influyen en la Satisfacción Sexual
La satisfacción sexual es una dimensión crucial de la sexualidad que también muestra diferencias de género. Las mujeres tienden a reportar niveles de satisfacción sexual más bajos en comparación con los hombres. Varios factores contribuyen a esta disparidad, incluyendo las diferencias en la facilidad para alcanzar el orgasmo, la calidad de la comunicación sexual con la pareja y las expectativas sociales y culturales sobre la sexualidad femenina.
4.2. Orgasmo y Disparidad de Género
Uno de los aspectos más estudiados en la satisfacción sexual es la disparidad de género en la frecuencia del orgasmo. Los hombres suelen alcanzar el orgasmo con mayor frecuencia durante las relaciones sexuales en comparación con las mujeres. Este fenómeno, conocido como la “brecha del orgasmo”, ha sido documentado en múltiples estudios y es un factor significativo en la menor satisfacción sexual reportada por las mujeres. Factores como la falta de conocimiento sobre la anatomía femenina, las diferencias en la estimulación y las expectativas culturales sobre el sexo contribuyen a esta disparidad.
Conclusiones en base a los datos recopilados.
Las diferencias de género en la sexualidad de las personas son el resultado de una interacción compleja de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Los hombres tienden a experimentar un deseo sexual más frecuente e intenso, una mayor variedad de prácticas sexuales y una orientación sexual más fija en comparación con las mujeres. Por otro lado, las mujeres muestran una mayor contextualización del deseo sexual, una mayor plasticidad en la orientación sexual y, a menudo, reportan una menor satisfacción sexual debido a factores como la brecha del orgasmo y las expectativas culturales.
es importante reconocer y desafiar las normas y roles
de género que limitan la expresión sexual
Opinión personal.
Desde un punto de vista más personal, si bien es cierto que pueden existir algunas de estas diferencias, el mayor peso o más bien la causa principal por la cual se dan estas diferencias se debe a la diferente educación sexual recibida por hombres y mujeres, tanto durante la infancia y adolescencia como durante el resto de su ciclo vital.
Las normas y roles de género juegan un papel crucial en la configuración de las diferencias de género en la sexualidad. Desde una edad temprana, hombres y mujeres son socializados para cumplir con ciertos roles y expectativas en relación con su sexualidad. Los hombres son a menudo alentados a ser más activos y exploratorios en su vida sexual, mientras que las mujeres pueden enfrentar restricciones y expectativas de modestia y pasividad. Estas normas influyen en la manera en que hombres y mujeres experimentan y expresan su sexualidad.
A los niños, por ejemplo, se les educa para ser los que toman la iniciativa a nivel sexual, los protagonistas (“sin pene erecto” no existe práctica sexual), los responsables de la consumación o de quitar la virginidad a las mujeres, los que lideran o llevan la batuta y los que marcan los tiempos de cada encuentro. A las niñas, por el contrario, se las advierte desde pequeñas de lo peligroso de todo lo sexual (enfermedades, violaciones, embarazos), se les inculca la importancia de la belleza, la dulzura y el romanticismo, y se las inunda con estas ideas de que a nivel biológico ellos tienen una necesidad y ellas tienen que responder para mantenerlos satisfechos.
Esta educación, ya definida como patriarcal y heteronormativa, se reafirma durante la edad adulta con los modelos existentes en la sociedad, tanto a nivel político, como en medios de comunicación, o en relaciones entre iguales, donde los comentarios, descripciones, calificaciones, etc, no hacen más que perpetuar estas ideas y estereotipos aprendidos por unos y otras.
La doble moral sexual es un fenómeno en el que las conductas sexuales son juzgadas de manera diferente según el género. Los hombres suelen recibir una mayor aceptación social por comportamientos sexuales activos y múltiples parejas, mientras que las mujeres pueden ser estigmatizadas por las mismas conductas. Esta doble moral afecta a la percepción de la sexualidad femenina y puede limitar la expresión sexual de las mujeres, contribuyendo a las diferencias de género en la sexualidad.
La comprensión de estas diferencias es crucial para promover una educación sexual más equitativa y para abordar las disparidades en la satisfacción sexual entre géneros. Además, es importante reconocer y desafiar las normas y roles de género que limitan la expresión sexual y contribuyen a la estigmatización y doble moral sexual. Futuros estudios deben seguir explorando estas diferencias con un enfoque inclusivo y considerar la diversidad de experiencias y orientaciones sexuales para proporcionar una visión más completa de la sexualidad humana.
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